Notas de viaje

"La lectura es el viaje de los que no pueden tomar el tren."

Francis de Croisset


lunes, 12 de septiembre de 2011

Desde las trincheras

Tras la vuelta a casa el viajero se quita las ropas ajadas y se sacude el polvo de las vivencias para satisfacer la curiosidad de un sinfín  de pacientes interlocutores. Poco a poco los pies vuelven a la tierra y las emociones de los recuerdos dejan paso a la realidad cotidiana. El reencuentro con familiares y amigos es un estímulo que gratifica y magnifica el trámite del regreso. La transición perfecta entre el onírico ensueño del viaje y la fría puñalada de la vuelta a la vida real. Despierta.
En la ausencia, el tiempo no se detiene, pero los asuntos y preocupaciones apartados durante la escapada, tampoco desaparecen. Esperan, y en el peor de los casos aumentan. Son como pececillos que quedando al cuidado de un pariente, han sido alimentados en exceso, solo que en lugar de morir y emprender el último viaje al nirvana en forma de inodoro, estos engordan y engordan y al despertar en la realidad cotidiana explotan sin que aun haya habido tiempo para desperezarse.
Ahora llega el momento de trazarse metas, objetivos que permitan recorrer con ilusión los largos días de tedio semanal. Cada día debe de ser un reto que motive a abandonar la cálida textura de la sábana, cuando todavía no han muerto las últimas estrellas en el cielo. Sin ilusión no hay esperanza y sin ésta no hay vida.
A mi a veces me cuesta.

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