Notas de viaje

"La lectura es el viaje de los que no pueden tomar el tren."

Francis de Croisset


lunes, 6 de mayo de 2013

La terminal



En los aeropuertos, existe un microcosmos en constante ebullición. Su dinámica es en oleadas. Como buen universo se expande para tiempo después volverse a contraer, en una marea de personas y tiempo con circunstancias y casuísticas  particulares, pero tan variables y numerosas como luces dibujadas en el cielo de una noche oscura. Este submundo, es una sociedad viva al margen de la sociedad. Es un mundo perfecto, feliz, estéril y seguro, convenientemente estructurado con sus jerarquías y sus castas que constituyen el engranaje de ese gran contenedor de sentimientos que es la terminal. Por sus lustrosos pasillos se arrastran los reflejos de miles de historias cada día. Historias dispares que confluyen, interactúan y en algunos casos interaccionan durante el lapso de tiempo que dura el tránsito.
La terminal es la soledad del niño que viaja sin comprender todavía por qué le ha tocado conocer el repetitivo camino que recorre la tierra quemada que se extiende entre el abrazo del padre y el beso de la madre. En la terminal cabe la alegría del reencuentro tras la separación forzada; la ilusión del que parte a conocer lugares y costumbres, o a descansar en paraísos perdidos pero no olvidados. También hay lugar para la angustia y la tristeza que la distancia fabrica en la separación de los seres queridos. Entremedias también habita la melancolía y añoranza por las experiencias vividas en un viaje de ensueño, la incertidumbre ante nuevos retos o el alivio del que deja atrás viejos fantasmas. Hasta cabe el miedo y la ansiedad del temeroso a volar.
Como submundo que es, la terminal es lugar de trabajo para el comprometido ejecutivo, biblioteca para el ávido lector o dormitorio para cansados intrépidos. Con sus zonas de ocio, de compras, de descanso, es un gran centro comercial exclusivo. Una isla que vive a espaldas del mundo exterior a pesar de unir los pedazos de miles de vivencias, los trocitos de las miles de historias reales de las que se alimenta y crece. Es vida hecha de muchas vidas.
La terminal es un puzle de ilusión, incertidumbre, nuevos proyectos, segundas oportunidades, despedidas, abrazos, besos pero nunca es fin sino el paréntesis que separa dos realidades: la virtualmente limpia y aséptica de la verdaderamente sucia y cruel realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario