Notas de viaje

"La lectura es el viaje de los que no pueden tomar el tren."

Francis de Croisset


lunes, 25 de julio de 2011

Lluvia globalizadora


El viajero regresa al Hotel a media tarde con el fin de hacer un alto en su afán de conocimiento, y coger fuerzas para afrontar lo que resta de jornada. El día transcurre asfixiante bajo una atmósfera opresiva de aire viciado y altas temperaturas. Anochece tras los cristales de la ventana, y en cuestión de minutos comienzan a correr las nubes por el cielo, escapando de una negrura que en un instante engulle a la ciudad con sus fauces. Sinfonía de viento, luz y agua.
Desde este instante el paisaje de calles mojadas que se ofrece desde la ventana de la habitación, se puede corresponder con el de cualquier tiempo, cualquier lugar. Grupos de personas miran al cielo anonadadas, como queriendo confirmar la lluvia con sus caras. Otros corren o se paran bajo los aleros de los edificios, abriéndose paso a empujones. Una estampida de gente, cruza por el paso de peatones esquivando los coches que quedan bloqueados o circulan lentamente. Los taxis bajan las banderas y se preparan para las carreras, mientras que los autobuses esperan en las paradas para recoger a puñados de gentes mojadas.
En algunas esquinas afloran los paraguas, pero son los menos, ya que la tormenta ha cogido distraído al precavido. Poco a poco, la tarde se enfurece y las calles se vacían de gente, y las arterias se obstruyen con la circulación densa.

El viajero espera, sentado en la oscuridad del cuarto, observando en silencio tan familiar espectáculo, La lluvia nos une, no entiende de fronteras, ni culturas. Nos hace uno, nos globaliza.
Viva la lluvia de verano, aunque sea invierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario