Notas de viaje

"La lectura es el viaje de los que no pueden tomar el tren."

Francis de Croisset


miércoles, 17 de agosto de 2011

Cataratas de Iguazú: el vals de las mariposas


Las carreteras paraguayas llevan a Brasil y a Argentina. Allí entre los dos países se encuentra el Parque Nacional de las Cataratas de Iguazú, una reserva natural bañada por las aguas de río Iguazú, que se desploman en saltos de hasta 80 metros de altura originando un espectáculo de humedad, luz y sonido, difícilmente igualables.
Al  acceder al parque, la selva acoge con su verdor y su sombra y acompaña con sus sonidos susurrantes de vida escondida y escurridiza. Poco a poco, el rumor del agua se va haciendo presente a medida que se atraviesa el río por la pasarela, acompañado siempre por el vuelo de miles de mariposas. Unas revolotean rápidas, otras se posan y exhiben su colorido y las más atrevidas acarician al caminante insinuando una invitación a seguir su baile. Cuando el viajero consigue sobreponerse del sobrecogedor entorno natural que le abruma, lo hace para presenciar la efervescencia que forman los miles de metros cúbicos de agua al precipitarse al vacío, en un remolino de fuerza brutal que la rompe en microscópicos fragmentos de bruma. Después, se deshace el camino, pero se recorren senderos marcados para contemplar y escuchar las cataratas en su máximo esplendor. De cerca, por arriba y por abajo, en el lado argentino; y en una visión más lejana pero panorámica, en el lado brasilero. Ambos tienen su encanto y culminan acercándose casi al límite, en lo que es un festival para los sentidos (en este caso más espectacular el brasilero) en el que se puede sentir la furia y la fuerza del río sobre una pasarela.
El retorno al punto de partida, con los oidos aturdidos y las ropas empapadas, se hace compartiendo el paseo con los coatíes, pequeños mamíferos tan traviesos como mansos, acostumbrados a la presencia y cercanía del hombre, monos, coloridos y ruidosos pájaros y las omnipresentes mariposas.
Las cataratas de Iguazú y su entorno son una maravilla natural y te hacen sentir inmensamente insignificante ante la fuerza salvaje de la naturaleza. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario